Los idiomas y mis palabras favoritas
Siempre decimos que viajar nos cambia la mente, nos abre la puerta a nuevos destinos y nuevas ideas, pero lo mismo pasa con las lenguas: nos muestran otro mundo… y es un mundo que queremos conocer, ya sea por motivos laborales, académicos, turísticos o sólo por el placer de aprender.
Y cuando decimos que hay otro mundo ahí, esperando, cuando aprendemos otra lengua, es así, nada vuelve a ser lo mismo, y ya no somos los mismos que éramos antes de conocer esas palabras, frases o ideas.
Recuerdo en particular, el extrañamiento frente al inglés con la idea de ser “10 years old”, en lugar de tener y acumular años; y más adelante una palabra fascinante para mí, la palabra drift, que en los diccionarios puede aparecer con varias acepciones como “derivar”, “ir sin rumbo”, pero que sin embargo denota (y connota) muchos espacios de “deriva”, interesantes sin duda, para el camino de la vida.
Años antes, cuando siendo argentina me tocó ir al jardín de infantes en Alemania, y por lo tanto, en alemán, lo raro que era llamar a la maestra Tante, con la idea de “tía”, que para mí era algo que no tenía mucho que ver con lo que sabía del mundo a través del español…
Y ahora, muchos años después, y como profe de español, todavía me sigo asombrando y eligiendo palabras que nunca había considerado y que sin embargo para mis alumnos entrañan misterios. Y así, por ejemplo, el día que una alumna de China, frente a un chiste que decía “flor de gata peluda”, me preguntó si era un gato o una flor, y yo le dije que era una oruga grande, lo cual dejó a toda la clase pensando en lo “loco” del español, mientras yo pensaba en lo loco y fascinante que entrañan todas las lenguas en sus modos de referir algo, y que nos hacen tener palabras favoritas, odiadas, y mucho más.
¡¡No te pierdas la experiencia de aprender y de descubrir nuevos mundos!! ¡¡Te esperamos!!
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