Este verano viajé por primera vez a Brasil, estuve en Río y en Buzios. Sin duda, está todo dicho sobre la “cidade maravilhosa”. Es realmente increíble. Y las playas de Buzios son lindísimas.
Pero lo que más me gustó fue poner en práctica el portugués en situaciones de comunicación espontánea: hablé con todo el mundo, con los recepcionistas de los hoteles, con los mozos, los taxistas, los vendedores y los guías. Hasta me divertí escuchando los diálogos de Los Simpsons y El Chavo en la televisión brasileña con la satisfacción de comprender todo lo que decían.